jueves, 26 de marzo de 2009

Esperando a mi dueño

Hola lectores

Desde un día azul caluroso de otoño les envío "Esperando a mi dueño". Una metáfora completa y profunda sobre el sufrimiento de la mujer abandonada.
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Un abrazo

Pascual


ESPERANDO A MI DUEÑO

Me siento muerta en mi cuerpo vacío; acostada espero a mi dueño que seguramente, hoy también volverá borracho. Las luces de las hendijas del rancho se van apagando para enseñar la noche. La noche que espera mi voz, mi llanto. Es preciso que él llegue, que me toque; que llene mi cuerpo de vida con sus caricias; con su aliento de vino, con su voz entonada por la bebida. La bebida… todo comenzó con ese vaso siempre a mano, con la separación de su mujer. Ella tomó tantos celos de mí, que un día estalló… ¡O ella o yo! Y me fue fiel, fiel para que le apañe las lágrimas, para consolar la falta de sus hijos. Fiel para entretener sus manos; para que esté siempre lista, esperando, callada y resignada a vivir por él.

El ruido de la puerta me anuncia su llegada; la luz esparce su brillantez sobre mi cuerpo desnudo. El camastro se inclina bajo su peso; sus manos bordean mis formas de mujer, acarician mi pecho encordado. Siento que revivo, que vibro; a mi boca redonda le cuesta contener el silencio. Sus labios se mueven en susurros de canto y sus manos como garras desprenden de mi pecho; la música… de guitarra enamorada.

Pascual Marrazzo ©

Del libro “Los Cuentos de Pascual”

Editorial Tu Llave colección: Nosotros el Sur

1 comentario:

  1. Es algo triste porque no necesariamente esta realidad debere sir ai, las mujeres se han acostumbrado a ser abusadas y ofendidas y la sociedad no cae en cuenta que podria ser de otra manera.

    El cuento es importante porque revela esta situacion y llama a la reflexion.

    Un saludo

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