Hola amigos
Desde un día azul de otoño, saturado de retoricas políticas (antes eran promesas, ahora ni eso) dignas del mejor conventillo. Me sumo y les cuento lo que pasó en el gallinero donde se reunió el "Consejo de seguridad".
Un abrazo
Pascual

CONSEJO DE SEGURIDAD

La historia tenía lugar en un gallinero del Alto Valle rionegrino. Una bataraza haciendo gala de sus travesuras nocturnas fue atacada por un violador. La pobre gallina lucía sin la bata en el medio del patio. Una ponedora blanca que oficiaba de curandera abrió las alas para reanimarla. El gallo colorado, viejo jefe de policía, se reunió con el Consejo de gallos de riña (gallinero aparte), haciendo una denuncia formal.

Al cabo de un mes la bataraza parió un huevo de medio kilo que la dejó renga. Un pollo bataraz sacaba pecho cacareando al boleo, achacándose la hazaña que le costó ir a parar a la olla. Pero al pasar otro mes la bataraza alborotó nuevamente el gallinero con un cacareo quejumbroso jamás escuchado y puso un huevo de un kilo que la dejo en silla de ruedas hasta el próximo puchero. La prensa, la televisión y entrevistas, le dieron un brillo inesperado a este acontecimiento valletano. El viejo jefe colorado sabía muy bien que él no era responsable y había pedido al consejo una pronta resolución en el área de seguridad.

Las conclusiones del Consejo no se hicieron esperar: ¡Había que cagar a trompadas al avestruz!

Adaptación especial de Pascual Marrazzo © 1-12-05

Consejera

Hola lectores
Desde una mañana azul de otoño les envío "Consejera".(los consejos de una amiga)
Entren a mis blogs: http://tienetintatutintero.blogspot.com
http://pascualmarrazzo.blogspot.com
Un abrazo
Pascual

CONSEJERA

Hay días en que el espejo no te ayuda y te compara con la coquetería de las jovencitas.

Odio las comparaciones y mucho más las que no puedo evitar; odio a las lolitas que mira mi marido; odio la indiferencia y odio mis canas. Las mismas que a él lo hacen más interesante y lo peor de todo, lo más angustiante, es que a mí me gusta cómo le quedan y me siento ridícula y me meo de ganas y me dan ganas y más ganas de matarlo.

Susana me decía:

--“Mira, si quieres estar de diez, búscate otro tipo. Te vuelve la sonrisa y se te van todas las arrugas”.

Yo la miraba y la admiraba.

Ahora ya pasó, pero tengo clavadas las agujas de la duda y no las soporto. Es como vivir siempre en un día lluvioso y... lo más triste, no mojarse nunca.

Si pudiera decirle a él que se vaya a la mierda ¡Sí, a la mierda!, por el solo hecho de decirlo sin temor a que me deje, para desahogarme o desangrarme como si me hubiese cortado las venas.

Ahora ya pasó, ella me decía:

--“Hacé como yo nena. Ves, cada día me siento más joven, no voy a llegar nunca a los cincuenta”

Yo la miraba y la admiraba.. Hasta que desclavé las agujas y descubrí que el otro tipo, era mi marido ¡Hija de puta! .. El que la desarrugaba era él.

Ahora ya pasó, la miro y me siento aliviada. No llegó a los cincuenta, es cierto, pero junto con la palidez le aparecieron todas las arrugas.

Se me forma un remolino de sueños cada vez que recuerdo su sangre en la rejilla de la bañera.

Pascual Marrazzo ©

Hola lectores
Desde un día de otoño, totalmente azul y con el poncho de los pobres a pleno, les envío una "Confesión"
Un abrazo.
Pascual

CONFESIÓN

Mi papá sabía faltar tres o cuatro días y caerse con los rastros que deja la parranda. Llegaba que daba lástima y traía cara de bueno, por eso que mi mamá siempre lo perdonaba.

Claro que aquella vez pasaron tantos días que ella intuyó que nos había abandonado. Se había ido de la pieza que alquilábamos en el conventillo de Doña

Aurora, y mi mamita no podía pagar el alquiler. Así que nos tuvimos que volver a la casa de la Abuela.

No puedo asegurar haber sufrido, dicen que los chicos están anestesiados por la juventud, algo de eso debe de haber.

Mi mamá en cambio lo extrañaba, no era fácil para ella olvidar las palizas y las borracheras de mi viejo. En cambio yo me olvidé enseguida de él.

No así de la planta de jazmín, una que habíamos descubierto en una lata de tomates y creció tanto que de ahí pudimos hacerle el ramo de novia a la Tía Juana. Tampoco me iba a olvidar del toby, toby era el perro del conventillo, pero yo sabía que él me quería más que a nadie, que ningún otro se gastaba tantas caricias con el.

Por eso que ese día, cuando tomé la primera comunión, tuve que confesarle al Cura:

- Mire señor Padre, el perrito no era mío, pero me quería más que a nadie y el jazmín… bueno, nadie lo iba a regar. Así que me los tuve que llevar a lo de la Abuela.

Pascual Marrazzo ©

Círculo

Hola lectores
Desde un día gris de otoño invitador de paisajistas y nostálgicos, les envío "Circulo" cuento breve con un desenlace abierto que se cierra con el título.
Un abrazo
Pascual

CÍRCULO

La mujer, el apero y el tordillo, eran los tesoros del gaucho que él aspiraba destruir. Con inquina solapada se acercaba al rancho cada vez que Don Ramón salía a recorrer la hacienda. Día a día, gota tras gota, le ganó la mujer.

Después la Rosaura, a puro mate con yuyos, se encargó de que heredara los gustos del difunto.

Entonces Ramiro, se hizo cargo también de los trabajos del campo y salía airoso a galopar la suerte.

Al poco tiempo, otro gaucho merodeaba a la Rosaura.

Pascual Marrazzo ©

Cantares perdidos

Hola lectores
Desde un día gris de otoño, con una tregua del viento y un asomo de nostalgia les envío "Cantares perdidos" Un minicuento que puede expandirse en cada uno de ustedes. Lo bueno de estos cuentos, es que yo juego con una unidad, pero cada uno de ustedes recibe una percepción distinta, un cuento propio. En el juego de "Qué entendiste" está la variación. Es mi deseo de que a cada uno le llegue el mejor.
Un abrazo
Pascual

CANTARES PERDIDOS

Entregaba su canto como queriendo llegar al cielo. Se iba deshaciendo de la voz quedándose totalmente sin nada, Hasta que el compasivo telón intervenía y calmaba su incipiente angustia.

Luego, en el camarín, los trajes y los sombreros se reían de su cuerpo desnudo y vacío, pero más tarde un mensajero golpeaba a su puerta y le alcanzaba una rosa. Era en ese preciso instante, en que ella volvía a recuperar la voz, las palabras y las ilusiones.

Pascual Marrazzo ©

Cámara Gamma

Hola lectores
El lunes me espera un día movidito y no voy a tener tiempo de mandarles nada. Así que se me ocurrió adelantarme con "Cámara gamma" Un cuento breve que rescata la percepción de un enfermo frente a un tratamiento. "A veces para que siga latiendo el corazón hay que dejar de vivir" -Pascual-.
Un abrazo
Pascual

CAMARA GAMMA

Mordiéndome el corazón el talio se mezcla y entorpece mis sentimientos.

Después el psicólogo me convence de que lo anormal es normal y mixtura mi entendimiento a tal punto que le abro la puerta a la adversidad y me entrego a la abstinencia para seguir viviendo.

Luego sigo con el recomendado olvido de las tetas de Raquel, el ombligo y las sandalias.

Las sandalias acostadas al pié de la cama, de distintas formas. Todas sensuales, caigan como caigan ellas nos representan copiando nuestro loco enamoramiento.

No es tan fácil, pero la ayuda profesional me apoya y poco a poco voy borrando las páginas, limpiando los restos, repasando los rincones, hasta que lo logro. ¡ Lo logré ! Basta de secciones, ya ni la recuerdo.

Ahora .. estoy realmente muerto.

Pascual Marrazzo ©

Las andanzas de la imaginación

Hola lectores
Desde un día fríoo de otoño, con matices azules y grises, les envío "las andanzas de la imaginación" para que hagan funcionar la de ustedes. Si les funciona bien, puede dejar de ser un raye para convertirse en un cuento breve.Todo va a depender de ustedes.
Un abrazo
pascual

LAS ANDANZAS DE LA IMAGINACIÓN

Sabía que detrás de esas rejas y aquellos muros, su imaginación tenía que buscar algunos referentes. No le era posible sólo desandar las sendas: tenía que llegar a ese lugar, no a cualquier lugar. Flotando como una ballena, volando tras una estrella o corriendo tras la luz amarilla de las luciérnagas.

Si cuando esto ocurriese, ella puede ver su destino final, sin equívocos...

Entonces él, sería libre.

Pascual Marrazzo ©

Hola lectores
Desde un miércoles azul de otoño, que no es de miércoles, todo lo contrario, un día esplendido. Les envío "Brujas", Un cuento que juega con la fantasía y las supersticiones antiguas. Hoy la cosa es mucho más lúgubre, real y cruel. Eran los cuentos que nos echaban miedo y nos hacían temer la oscuridad. Si me preguntan si existen las brujas fuera de los libros, les contestaría que no, rotundamente NO, pero ... ... ... ... ...!
Un abrazo
pascual

BRUJAS

Le decían “la casa de las muñecas embrujadas” y era tan lúgubre como la pintaban los lugareños.

Para llegar había que apechugar la loma por un camino serpenteado y mordido por las malezas.

La luna asomaba intermitente, excitando las sombras.

- ¡Hay Amita! Que el tambor de mi pecho se queda sordo. – balbuceó la negra América con su renquera más acentuada por el esfuerzo.

- En algún lado vas a dormir. – le contestó la niña, ocultando un leve pliegue en la comisura de sus labios.-

- Si mi muñeca, pero podría haber elegido posada en el pueblo.

Una nube caprichosa se llevó la palidez de la penumbra y una estremecedora oscuridad las envolvió.

Solo se veía brillar el llamador de bronce. La Negra no se atrevió a tocarlo, cargada de superstición, retrocedió unos pasos y con su miedo alimentó la noche. Ésta, confundiéndola con una sombra, la devoró.

La niña tomó el llamador y con él dio dos golpes, cuyos ecos fueron el sonido de las alimañas. La puerta se entreabrió y una lámpara la iluminó de oro con la misma intensidad que reflejaba su cabellera. La ropa se le desvaneció y su cuerpo, colándose por la rendija se deshizo en carcajadas de maldad.

Cuando la puerta se cerró, todo volvió a la normalidad.

Pascual Marrazzo ©

El hábito

Hola lectores
Desde un día gris lluvioso (llueve después de seis meses)la primera lluvia del año, les envío "El hábito" . Un cuentito breve, que tiene algo de fotografía literaria, unos instantes de una hora determinada y un final habitual.
Entren a mi blog http://tienetintatutintero.blogspot.com y
http://pascualmarrazzo.blogspot.com
Un abrazo
pascual

EL HÁBITO

Nunca pude saber muy bien que fue lo que cambió mi hábito (descarto a mis zapatos gastados y al café ardiente): el valor que venció mi timidez, creo que fue la emoción. La que comenzó en mi corazón y recorrió con intensidad todo mi cuerpo. Fue así, al primer golpe de vista. Una nueva fortaleza que me hizo percibir en cada célula de mi cuerpo, el verdadero sentido de la vida.

El hecho ocurrió en el marco de una calle lluviosa de adoquines olvidados, a la hora de los obreros presurosos. Donde los mendigos alegres de alcohol, dormían en los bancos desmemoriados de una plaza deshabitada.

Ella venía caminando por la vereda angosta de faroles apagados. De vez en cuando la alumbraba una vidriera farandulera o un retazo de luz de alguna ventana madrugadora. Lucía un tapado de piel de leopardo que la protegía de una garúa porfiada, sobre un amanecer otoñal. Se detuvo unos minutos a leer unos carteles obscenos pegados a un portón, donde paraba una paloma vigilante. Una gata en celo escapó de un zaguán junto con un maullido estridente. Como si eso fuera una señal, ella recomenzó su camino cruzando la calle en dirección a la Iglesia.

La luna se había ausentado y el sol, si bien seguía escondido, mandaba su primera señal. Una bandada de gorriones invadió una palmera y esperaron, como siempre, a que las campanas rompan el silencio para desbandarse.

Fue en ese preciso instante que llegó a mi puerta, cuando sentí esa emoción. El hábito no me pudo proteger. Ella hizo su reclamo al Señor y nos escapamos.

Pascual Marrazzo ©

Atracción

Hola lectores
Desde un día azul de otoño, primera mañana fría, les envío "Atracción" Refleja los cambios de todo vale bajo las viñas del Señor.
Un abrazo
Pascual

ATRACCIÓN

(Una tormenta de cielo gris se despereza) Fue todo lo que pensé cuando la vi estirar los brazos y recogerse el pelo hacia atrás.

Luego me clavó los ojos, adivinó mis pensamientos y no tuve más remedio que dejarme envolver por sus hormonas de mujer salvaje.

La seguí como obedeciendo un mandato misterioso, lleno de silencios. No hubo palabras y sí mucha fuerza desconocida, algo que penetra y te mueve los músculos sin saber muy bien por qué.

Sorprendida en la agitación y el descalabro de mi corazón, atiné a decirle que de solo verla me daban ganas, me ilusionaba en el amor y me inhibía la valentía de hombrearla para hacerla sentir mujer...

Fueron estas últimas palabras las que la hicieron reír, pero yo todavía no podía comprender, ni manejar su frialdad.

Claro, que después, cuando la sorprendí abrazada con mi novio...

Pascual Marrazzo ©

La receta

Hola lectores
Desde un día azul de otoño, les envío "La receta". Un cuento tierno, relatado desde una conciencia pura.
Un abrazo
Pascual

LA RECETA

Hay una música lejana que vuelve y avanza, se propaga en los campos invadiendo la siembra y no se la puede combatir con la lluvia o el trueno.

Puedo oírla, es la misma que partió hace tiempo, cuando mi mamá me cantaba: “Duerme, duérmete negrito, que te cuida un angelito, negrito…..,”

Se lo conté a la enfermera y escuché que se lo dijo al Doctor. Él le contestó: “Le voy a dar una receta”.

Después, cuando él se fue, le pregunté: ¿Qué es una receta? Y ella me dijo: “Algo para poder comprar en la farmacia, para que dejes de escuchar esa música”.

Entonces yo le dije: No quiero que se vaya el angelito, no me compre la receta. Y ella me prometió que el ángel no me iba a dejar, porque no había ninguna farmacia de turno.

Pascual Marrazzo ©

No permitas que nos alcance

Hola lectores
Desde una noche de otoño, con la calidez que le dejó el día radiante, les envío "No permitas que nos alcance".Un raye que insiste filosóficamente que no hay que esperar nada de la vida, solamente vivirla.
Un abrazo
pascual

NO PERMITAS QUE NOS ALCANCE

El mañana llega y se suicida a las doce de la noche. Es como un tren que se tropieza con el tiempo y arrasa las horas que escapan de los rieles desnudos. Una boca que devora la luz y la oscuridad, el ruido y el silencio.

No esperes que nos devore, regálame unas horas sin minutos, que se puedan expandir en la fantasía. Donde el mañana siga siendo hoy, porque es hoy que tu perfume me entra por los poros y lo oigo pasar. Es ahora que tu aliento encadena nuestros labios. Cuando escucho caer una de tus sandalias y la otra... El momento exacto en que tus piernas me abrigan hasta el final de las vías, sin más estaciones donde parar.

Pascual Marrazzo ©