jueves, 31 de marzo de 2011

El derrumbe de mi soledad

Hola lectores

Desde un día gris de otoño, les envío "El derrumbe de mi soledad" Un raye, donde la metáfora juega a convertirse y reconvertirse.

Un abrazo

Pascual


EL DERRUMBE DE MI SOLEDAD


Mi soledad no sólo era muy lenta, sino que paraba en cada esquina, miraba para ver si alguien una noche se iba a acostar con ella para desenredarse en sus manos y convertirse en sombra. Sabía que si lo conseguía, le robaría los silencios después de que se lo digan todo. Era tan audaz, que me habitaba debajo de la piel en todos los rincones de mi cuerpo. Esta soledad negra, medida, apretada y extremadamente celosa, nunca quiso dialogar conmigo. Experimentaba un presidio tortuoso para mantenerse sola, puramente sola, habitada de silencio. Un día le llegó la oportunidad, apareció ese alguien y, colmada de esperanzas, trenzó su lengua hasta convertirla en llamas. Recorrió con sus dedos el descaro de otro cuerpo y se derrumbó aturdida como un pétalo manso de flor enamorada. Ahora ella llena mi vida y no se cansa de parlotear.

Pascual Marrazzo ©

miércoles, 30 de marzo de 2011

El camino

Hola lectores

Desde un día azul de otoño, les envío "El camino" Una simple metáfora de la vida. La inspiración fue sacada de un cuadro donde un camino estaba bordeado de pinos. Los rayos solares se colaban entre ellos y le daban forma de escalera al propio suelo. El camino terminaba en el infinito del horizonte y contrariamente a comenzarlo, lo di como transitado, pegué media vuelta y miré para atrás.

Un abrazo

Pascual

Hay un camino cercado de árboles robustos y muy pocas flores, donde el sol acuchilla reflejando su hoja. No sé cuando termina, sí que lo transito y estoy muy lejos de su mismo principio. Pero cuando miro hacia atrás, siento el alivio de no haberme quedado en algún cementerio. Cargo las sombras de mis pesares, las que pisé como si fuesen peldaños de escaleras. Nunca podré balancear con los momentos soleados de la felicidad, porque son ingrávidos, volátiles. Carecen del peso de la amargura quedando en esos dóndes y en el frenesí de los instantes en que uno se encuentra con la eternidad. Detrás de mí, el horizonte se agranda junto con la memoria atornasolada de tristezas, encuentra la geografía de la piel que calma. Busco aferrarme al presente con mis pasos rebeldes de pecados y fe. Entonces cumplo porfiadamente la promesa que tenía del mañana. Nunca me olvido de levantar la vista al cielo, de día me alumbro el cuerpo, de noche, el alma. Cuando vuelvo a mirar hacia atrás, me siento más fuerte, guardo el orgullo y escondo mi suerte. Por miedo, a que en cualquier esquina enganche una gripe que traiga la muerte. Pero es en esa última mirada hacia atrás, la que más duele. Donde te extraño, te extraño siempre.

Pascual Marrazzo ©

martes, 29 de marzo de 2011

El amor es una unidad

Hola lectores

Desde un día azul de otoño, les envío “El amor es una unidad” Un raye que pretende explicar que el amor puede llegar a ser uno sólo y va de un lado a otro. En contraposición de muchos amores. Hay muy buenas teorías para debatir los dos, pero en este trabajo, el amor es uno solo.

Un abrazo

Pascual


EL AMOR ES UNA UNIDAD


Te amo, siento que mi amor regresó. No es uno nuevo, es el mismo que perdí el otro día, a la vuelta de la esquina. Se fue, de un día para el otro a refugiarse, vaya a saber dónde. Lo importante es que el día que te encontré. Él vino en mi auxilio y se quedó. No existen dos amores, ni tres o cuatro. Es uno sólo que vagabundea tras la libertad. Es como un fuego que busca la leña para no apagarse. Cuando se emociona con hojas de otoño, con papel de diario o cajones rotos, encuentra la fiereza del carbón de leña y la resistencia del duro quebracho. Entonces perdura e incendia las noches hasta que envejece. Se esconde en el polvo canoso al acecho: de una brisa suave, otra hoja de otoño, algún diario viejo, cajones muy rotos o carbones negros. De otra dura leña guarda la esperanza.

Pascual Marrazzo ©

lunes, 28 de marzo de 2011

El amor en la ferretería

Hola lectores

Desde un día azul de otoño, les envío “El amor en la ferretería” Un raye hecho especialmente para la inauguración de la ferretería de unos amigos que aprecio mucho.

Un abrazo

Pascual


EL AMOR EN LA FERRETERIA


Hay una tenaza que sujeta mi corazón y no lo puedo liberar con una pinza; tampoco me sirve una llave francesa o un destornillador, porque está libre de bulones y tornillos. La herramienta la maneja una mujer de hábiles manos que lima sus uñas. Es la misma que con un martillo clavó los clavos del amor en mis pies. La que le da a mis latidos el ruido de un viejo compresor. La que serrucho con mi aliento y mis desalientos. La que ilumina mis sueños con su lámpara de acetileno. Cuando taladro mis pensamientos encuentro los alambres que me atan a la piedra esmeril buscando afilar la mecha de mis pesares. Tropiezo con las nuevas soldaduras de mis huesos envueltas con cinta aisladora y me conecto la manguera del oxígeno para poder respirar. Mis pesados ojos viajan en carretilla. Las miradas indiscretas pesan, se cargan con la pala y una cuchara en un balde de plástico. Quisiera subir por una escalera y desde arriba gritar como un macho enamorado, decir cuánto la quiero, para que un pájaro con pico de loro desatenace mi corazón y me vuelva la calma.

Pascual Marrazzo ©

Homenaje a la Ferretería Industrial con motivo de la inauguración de su nuevo local en Cipolletti 6 / 4 / 10.

viernes, 25 de marzo de 2011

Comienzo

Hola lectores

Desde un día azul de Otoño, les envío "Comienzo" Un raye simple de un comienzo en cualquier lugar, a cualquier hora. No salgan corriendo a la terraza.

Un abrazo

Pascual


COMIENZO

Todo comenzó ese día, fue cuando nos encontramos detrás de la sabana colgada en el tendero de la terraza. Uno de cada lado, viéndonos las ojotas y las manos prendiendo broches. Tenía las uñas de los pies pintadas de rojo, siempre me gustaron las mujeres que se pintan y con ese color mucho más. Nos asomamos al mismo tiempo, enfrentamos los ojos y paralizamos el tiempo.

Pascual Marrazzo ©