jueves, 29 de diciembre de 2011

Flor de mujer

Hola lectores

Desde un día azul de verano, les envío "Flor de mujer" Una variedad de flores y comparaciones metafóricas. Si hay una florcita especial que quiera pasar por la metamorfosis de mi lapicera, estoy dispuesto.

Un abrazo

Pascual


Flor de mujer (amapola)

La amapola es como una de esas mujeres que se resisten al paso del tiempo. No pueden esconder sus arrugas, pero siguen siendo hermosas. Tiemblan sus sensibilidades ante la brisa, atraen y encantan con sus delicados silencios. Sus semillas emborrachan o decoran los postres de la abuela.

Flor de mujer (jazmín del país)

Son como estrellas que permanecen en un cielo verde, poderosas flores que invaden el espacio de perfume. La felicidad de un ramo de novia. Saben volar espiraladamente o bailar con la brisa el último vals, es el momento en que pido mis tres deseos, el instante en que se enredan en mis cabellos, en mis manos.

Flor de mujer (pensamientos)

Los pétalos violetas de las ojeras de María, envuelven el brillo de sus ojos, son como dos pensamientos misteriosos, nostálgicos. Los excesos de amores anochecidos los embellecen mucho más y de la mirada abierta de asombro fluye el amor y sus pensamientos.

Flor de mujer (tulipán)

El tulipán tiene ojos de tigresa, da un poco de miedo espiarlos, y más si se trata de un tulipán negro. Misterio y presagio invaden nuestro ser, pero si es rojo la mirada cambia, asoma el rubor de la pasión y te enamora. El amarillo alegra la primavera, los demás colores se mecen y brindan con sus copas al viento.


Flor de mujer (rosas rojas)

Es un puñado de besos dispuestos a deshojarse por amor pasional. Un amor que sangra y hace sangrar, exige un tratamiento especial, un experto que evite lastimarla sin lastimarse.


Flor de mujer (una rosa de amor)

Cuando me entrelazo en tu cuerpo soy hiedra y tallo de una rosa roja. Me cuesta heridas de espinas, pero el dolor se apiada en cada beso y un pétalo nuevo nace de tus entrañas. Tu perfume me emborracha y la brisa me marea en ganas de quererte. Así que, cuando apague el sol, a la hora de las luciérnagas, te enseñaré el cielo y el nombre de cada estrella.

Pascual Marrazzo©

martes, 27 de diciembre de 2011

Año nuevo I

Hola lectores

Desde otro día ceniciento de verano, les envío "Año nuevo 1" Como para que vayan pensando en cómo cruzarse al nuevo año.

Un abrazo

Pascual



AÑO NUEVO I


Cuando estés en el umbral de este nuevo año y antes de levantar el pie derecho, piensa en como lo vas a recorrer. Hay quienes lo hacen a pie, los aerobistas; en bicicleta, los deportistas; en motocicleta, los arriesgados; en auto, los ignorantes; en jet, los empresarios; en tren, los nostálgicos; en colectivo, los cooperativistas; en ala delta, los intrépidos y en barco, los aristócratas. Yo te aconsejo que lo hagas en globo, solo tienes que soltar el lastre y verás correr el mundo a tus pies.

Pascual Marrazzo ©

lunes, 26 de diciembre de 2011

El gaucho pobre

Hola lectores

Desde un día ceniciento de verano, les envío "El gaucho Pobre" Un cuento que nos acerca a lo acontecido en un año nuevo.

Un abrazo

Pascual



EL GAUCHO POBRE


Oficiaba de botellero, mudanzas de familias humildes y fletes. Le decían el gaucho pobre, porque así estaba escrito en su carro, pero en realidad todos lo conocían más por su condición de gaucho, hombre siempre dispuesto y de gran humanidad.

Fue tan así, que un 31 de Diciembre, día de lluvia, casi cerrando el año se llevó a doña Celina al hospital, porque no podía parir en la casa. La tapo con su propio poncho y salieron surcando el barro.

Dijeron que fue a pocas cuadras nomás. El carro se encajó, y en el bamboleo la criatura se aflojó junto con los artificios de un cielo chispeado que no dejaba de iluminarlo.

Le pusieron Emiliana, porque el gaucho se llamaba Emilio.

El Intendente lo premió con veinte pesos por traer al primer niño del año y las comadres no se cansaban de comentar:

- “Le cortó el cordón con los dientes, el salvaje.”

Pascual Marrazzo ©

viernes, 23 de diciembre de 2011

El andén número doce

Hola lectores

Desde un día azul de verano, les envío "El andén número doce" Cuando entramos en la navidad, notamos que se nos va el año y comenzamos a reflexionar.

Un abrazo

Pascual



EL ANDEN NUMERO DOCE


Estamos en el andén número doce, prontos a subir en un nuevo tren, con las ilusiones de conocer nuevas estaciones.

Nuestra alguna vez esperanzada locomotora fue dejando los vagones y de ella sólo nos queda una desvencijada máquina, pronta a decirnos adiós.

No es que nos abandone totalmente: nos deja la nostalgia, los encuentros y las despedidas.

Estamos en el andén número doce y sólo pensamos en un nuevo tren, caminos de caricias, caminos sin espinas.

Soñamos nuevos amaneceres, nuevas lluvias, nuevos amores.

Estamos en el anden número doce y nadie se anima a encontrar este momento, este pedacito de hoy.

Tiempos de vida no renovables, tiempos de vida que se esconden en nuestras narices, tiempos de vida que se nos escapan quedando en los vagones vencidos.

Escondidos en esos refugios, sin certificados de asistencia y sin memoria, por no haber sido vividos.

Pascual Marrazzo ©

jueves, 22 de diciembre de 2011

Sueño de Nochebuena

Hola lectores

Desde un día azul de verano, les envío "Sueño de noche buena"

Un abrazo

Pascual



SUEÑO DE NOCHEBUENA


La bruja montaba la escoba, clavándole el espolón como a una tozuda bestia. Detrás, la luna vestida de naranja no se dejaba atrapar por las tinieblas de la noche.

En lo alto, una estrella enamorada herida por una flecha de Cupido, arrojaba su pasión convirtiéndose en cometa.

Sentados en una nube, un par de ángeles hacían la guardia del buen camino. Noel, el viejo representante del comercio, gritaba: - ¡Arre !..¡Arre ! agitando las riendas de su carruaje, mientras las estrellas se arremolinaban a su alrededor como si fueran copos de nieve.

Los camellos con sus Reyes eran empujados por la brisa en pos de la señal.

Y Lucifer, sentado en un meteoro incandescente, conmemoraba con lágrimas de hielo el nacimiento de su enemigo.

Pascual Marrazzo (C)

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nuestro arbolito de Navidad

Hola lectores

Desde el primer día azul de verano, les envío "Nuestro arbolito de navidad"

un cuento navideño para reflexionar.

Un abrazo

Pascual



NUESTRO ARBOLITO DE NAVIDAD


Para tener un arbolito de Navidad había dos opciones: comprar el pinito en el vivero o salir a arrancar una rama de pino en el “Parque Cisneros”. Como no teníamos plata fuimos con mi hermana en bicicleta hasta Villa Adelina. Llevamos un hacha pequeña y comenzamos a recorrer el pinar. Teníamos que encontrar una rama que se parezca lo más posible a un verdadero árbol navideño (algo bastante difícil porque las ramas eran planas y no tenían punta). Entre tantas, nos decidimos por una, la cortamos y la llevamos a la rastra hasta Martínez, unas veinte cuadras de tierra que barrimos con nuestro pino.

En la salida del cine habíamos juntado muchos papeles brillantes de los atados de cigarrillos y los chocolatines para poder hacer los adornos. Encontramos una lata de galletitas oxidada para hacer el pie, la llenamos con piedras y paramos el arbolito, le atamos una caña para que no se doble y pudimos poner la estrella con la cola, en la punta. Después, con un poco de algodón simulamos la nieve y terminamos la primera parte.

Mi hermanita no podía hablar, no le salían las palabras desde el día que un muchachón la violó, pero yo veía la felicidad en sus ojos.

Para armar el pesebre recortamos las figuritas del “Billiken”. Con un pedazo de espejo roto simulamos un lago con un puentecito, usamos mucho papel madera de fondo y arena para sujetarlo.

Cuando llegó la Navidad nos sentamos en cuquillas frente a él, orgullosos de nuestro trabajo. Recé un Padre nuestro y otro más para mi hermana, más dos Ave María para que ella recuperase el habla.

No había regalos para colgar, pero yo sabía que en unos cuantos días más se acercarían los tres Reyes magos y tenía mucha fe en mi pedido. Traerían una caja llena de palabras para mi hermanita.

Pascual Marrazzo ©