miércoles, 15 de julio de 2009

El espejo

Hola lectores
Desde un día azul de un invierno engripado, les envío "El espejo" un cuentito que se las trae. "yo creo en los espejos" dijo Alejandra Pizarnik. Yo también creo porque cada día me veo mejor y eso es imposible.
Un abrazo
Pascual


EL ESPEJO


“El que se enamora de sí mismo, no tiene rivales”. Había tomado esa frase de alguna parte, quizás de un “Patoruzito”, porque la conocía desde niño y a él no le llegaban los libros.

Lo cierto es que la tomó tan a pecho, que disfrutaba mirándose en el espejo, reafirmando su amor y aprendiendo a quererse. Se veía hermoso aunque su apariencia hacia los demás, no lo favorecía. Su autoestima, como era de esperar en estos casos, llegaba a las nubes.

Diariamente, el espejo le devolvía la mirada sonriente, el placer, el cuidado peinado y hasta el perfume.

Cuando se enamoraba, disfrutaba de su cara de boludo, porque sabía que así tenía que ser. Pero cuando tenía algún problema, se desesperaba. Buscaba por todos los medios hacer caso omiso a sus canas y sus arrugas. Sus ojos se posaban en la piel de su cuello y en la de las manos, donde nada se puede disimular ni esconder.

Estos trechos cortos de su vida no duraban mucho, él sabía zafar siempre con un amor nuevo y éste retroalimentaba el amor hacia él mismo.

No era fácil de entender, tampoco nadie podía imaginar cómo terminaría esta historia. Ni yo, hasta esa tarde en que el aburrido espejo, aflojó el clavo de la pared.

Pascual Marrazzo ©

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