miércoles, 8 de julio de 2009

El cumpleaños

Hola lectores
Desde un día azul de invierno, lleno de gripes temerosas les envío "El cumpleaños" Un cuento para reflexionar.
Un abrazo
Pascual


EL CUMPLEAÑOS


Estaba festejando la acumulación de tiempos y distancias. Como no tengo velocímetro dejé que la distancia fuera apreciada y controlada por los demás. Por los que hacen historia y marcan las huellas de nuestros zapatos.

En cambio el tiempo se calcula con el almanaque que les recordó a todos la fecha de mi natalicio. Casi llego a brindar por mi feliz cumpleaños cuando al ver tantas velitas recapacité y recordé que hay un tiempo de sueño, un tiempo muerto que nos reduce substancialmente la vida. Entonces en un rápido ejercicio mental decidí sacar algunas y me asusté cuando descubrí que había dormido más de veinte años. Reacomodé las velitas y me pregunté si verdaderamente era correcto festejar los espacios irrepetibles, los desengaños, la mufa, los viajes en colectivo, en tren, en subte, el aburrimiento, el tedio,.. Y descubrí que hay que respirar mucho tiempo para vivir unas cuantas horas y si dentro de ellas no me apiolo y no vivo, cuando llegue a la primera esquina descarrilo y me patino fuera de órbita. Así que de un manotón dejé libre de adornos la torta. Quedaron tres o cuatro velitas y mi hija que me notó algo raro se apresuró a prenderlas y empezó el griterío.

¨ ¡Se sacó los años para ser más joven! -- gritó mi nuera.

¨ ¡Bien papá!

¨ ¡El abuelo se hace el pendejo!

Se apagaron las luces y frente a mis ojos ardían los mejores años. ¡Tan pocos carajo! Y soplé. Soplé el aire húmedo de las lágrimas.

Pascual Marrazzo ©

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