lunes, 15 de noviembre de 2010

Condena

Hola lectores

Desde una noche de luna brillante, les envío “Condena” Un raye que trata de la condena que nos impone el destino, el tiempo incierto que dura el juicio mientras estamos en la cárcel de la vida y la libertad anticipada del darnos cuenta.

Un abrazo

Pascual


CONDENA



Desde que nací, en ese preciso momento, me condenaron a muerte. Ahora estoy esperando que me llegue la hora de la ejecución. Pero he de ser sincero y confieso, en mis primeros cincuenta años de encierro en esta cárcel, no tuve ni la menor preocupación, olvidando que estaba en prisión, atrapado en un mundo lleno de obligaciones exageradas, corriendo como si fuese en un caminador de gimnasio, de esos que no te llevan a ninguna parte y sólo saben quitarte las horas, horas de vida. Pero ahora sé, que todos los juicios no duran lo mismo y no hay contratos firmados, ni por uno o cien años, comienzo a preocuparme por vivir más intensamente, por alejarme de los pesimistas, de los peleadores, de los que no saben hacer volar los sentidos, de los que envejecen su mente prematuramente, de los que esconden las virtudes del sexo como algo pecaminoso y muy especialmente de los que no luchan por lo que aman. Fiel a mis principios, no te sacaré de mis silencios, ni dejaré de verte en mi soledad. Día a día mi memoria te construye, con tus ojos de café, el perfume de tu piel, la música de tu voz, el beso que soldó nuestro destino y el gusto de recorrer los caminos de tu cuerpo.

Pascual Marrazzo ©

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