jueves, 18 de marzo de 2010

El peso de la pasión

Hola lectores

Desde un húmedo día de verano, les envío “El peso de la pasión” Un raye que trata de mostrar el sufrimiento de una pasión. Aunque la palabra pasión suena extraña (novelesca) El porteño la cambió por “Que metejón que te agarraste pibe” más tarde “Que mambo que te hicieron en la cabeza pibe” y luego “A este lo perdimos”. Lo cierto es, que esta especie de enfermedad deja tirado a más de uno o una. Y el único tratamiento eficaz lo da el amor.

Un abrazo

Pascual




EL PESO DE LA PASION



Me dueles, en los caramelos de tus ojos. Los caramelos de tus ojos, me duelen. Me dueles al abrirlos, descubriendo mi papel de enamorado, al desprenderte, cuando se estira mi piel o se retuerce. Me dueles, con tu tempestad a cuestas, con tu aparente indiferencia muriéndose de ganas, a toda hora con la ilusión de mis fantasías, en los recreos de la imaginación, en un sexo sin caprichos, en las orejas retorcidas de tu aritmética, en la nariz inflamada por tu perfume. Cuando aspiro, porque quiero respirarte, en el pecho y en la espalda, porque estás dentro de mí. En los ojos, sin la bendición de las lágrimas, porque no quiero dejar de verte. Me dueles en las rodillas, porque cuando el amor no se ejerce... pesa.

Pascual Marrazzo ©

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