miércoles, 28 de octubre de 2009

La sequía

Hola lectores
Desde un día gris de primavera, les envío "La sequía" Un cuento breve que describe un momento y un desenlace con algarabías y lágrimas de agradecimiento. Trata de generar un conocimiento más acabado de lo que es la sequía y la bendición del agua. Reflexionando se me anuda un pensamiento que no me lo puedo guardar: Me pesa esta invasión interminable de propaganda maradoniana, el robo en el cantry, el asalto del día y el accidente en la panamericana. Me vino a la memoria el primer triple crimen (en los tiempos de Menen) más de un año de marchas domingueras y cuando se cumplió el año salieron 35mil personas a las calles de Copolletti. Después vinieron los otros crímenes horrendos y más y más. Un par de días de prensa y el olvido..
Un abrazo
Pascual



LA SEQUIA



El campo era una brasa, no había siquiera una mosca inquieta y los animales parecían embalsamados por el calor.

La tortuga se había enterrado de punta contra el aljibe. Ni cuíses, ni liebres se animaban a alborotar y el gato como una alfombra, había perdido hasta el ronroneo. Del gallinero no venía ni el aviso de las ponedoras. El perro también se había sumado al silencio dejando sin ladrido al patio y yéndose tras el Jacinto en busca de una aguada.

La noche sin estrellas bajó despacio a calentarse, el polvo como pimienta le corcobeó el respiro y un relámpago despertó al ventarrón.

La lluvia comenzó a picotear la tierra. Aquí y allá, como para que doliera y la fue azotando cada vez más hasta empaparla de milagro.

Por la mañana el bicherío se regocijaba bajo el sol y el rancho derramaba lágrimas para sus adentros.

Pascual Marrazzo ©

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