jueves, 22 de octubre de 2009

La musa

Hola lectores
Desde un día gris de primavera, les envío "La musa" un pasaje alegre de la vida y nada más. Sólo para que los muchachos esten más alerta.
Un abrazo
Pascual



LA MUSA



Para la inspiración, no hay nada mejor que un bar sobre la calle Corrientes. Una mesa que de a la vereda, una silla vienesa, un café, un tango en el oído y una servilleta de papel.

Esta última me atrapa, se abre como una flor y se mancha de tinta.

Mientras tanto el lustra se acerca.

¨ ¡Se lustra señor!

¨ Bueno, pero primero alcánzale este mensaje a aquella señorita.

El pibe sale a ganarse las monedas, conversan, se ríen, tarda una eternidad y vuelve con la servilleta cerrada, como si fuera un sobre. La abro y veo unos labios pintados de rojo.

Su sonrisa me llega desde lejos, como una promesa. El pibe me lustra, parlotea. Parlotea y yo no escucho, no hago más que mirarla, disfrutar por anticipado, con la rebeldía del sexo y la imaginación. En eso, mi subconsciente me sacude y le tomo unas palabras al vuelo “¿Le gustan los travestíes señor? “




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