viernes, 9 de octubre de 2009

La locomotora

Hola lectores
Desde un día azul de primavera, les envío "La locomotora" una pasión desenfrenada y una vertiginosa venganza, todo enmascarado detrás de una metáfora de sabor real y visual.(sólo para entendidos). Se viene un fin de semana largo. Recuerden que cada uno de ustedes elige si lo quiere pasar bien o mal.
Un abrazo
Pascual



LA LOCOMOTORA



Bufaba y bufaba, disparando de vez en cuando un silbido doliente. Las ruedas hechizadas por dos brazos de hierro, acompasaban los pistones que le mordían el aliento.

Manuel paleaba el carbón en una boca fogosa con ansias anaranjadas de lamerlo. Después se secaba el sudor y le hablaba como a su amante, acariciándole los fierros como a una hembra desenfrenada.

Por eso, cuando apareció aquel hombre, revolver en mano y le dijo:

- ¡Para esta chatarra!

Manuel se quedó sin respuestas y no se movió. No fue por valiente, si no por incomprensión. El bandido insistió y le agujereó la cabeza echándolo al terraplén. Luego buscó cómo parar la locomotora..

Fue justo en la curva de la S. La Negra sabía dar esos corcovos de mujer arrolladora y abrió la puerta de su boca de fuego. Fue un acto limpio y certero; el trastabilló; ella sacó su lengua incandescente y se lo tragó.

Pascual Marrazzo ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario