martes, 18 de agosto de 2009

El amante

Desde un día gris, frío y con cortes de ruta, extorsión despersonalizada que involucra a los menos pensados, LOS QUE TRABAJAN - Pisotón a la patria que nadie quiere conseguir - Ausencia de pelotas para gobernar con justicia, con la justicia - Ausencia de cumplimiento de los deberes públicos - Y lo peor de todo: Hacer creer que se trata de un derecho.
Les envío "El amante" Un cuento que muestra que la edad no nos priva de la juventud del alma.También la incomprensión de los jóvenes y no tan jóvenes sobre estos temas. En la historia hay personajes famosos que han sido mandados a un auspicio por enamorarse de una mujer en su vejez.
Un abrazo
Pascual


EL AMANTE



Siento alguna curiosidad y me hago preguntas sin respuestas ¿Por qué voy detrás de ese dolor necesario? El mismo que me permite sobrevivir en este asunto del amor ¿De dónde salen las ideas y la fuerza que me abunda para transitar esta pasión y el romanticismo de tanta juventud amontonada?

Ayer, después del ardor de la fiesta, un poco antes de despedirme de ella, no pude aguantar otro espacio vacío y le robé su voz. Al principio la escondí detrás de las orejas donde luego la recogió mi alma.

Ahora, cuando quiero, escucho su canto con sabor de piel enamorada. Pero no me alcanza, no puedo dominar una lágrima terca, rabiosa y sufro una cadena de intemperies con relámpagos de amor. Prisionero tras los barrotes del pensamiento que la hacen vivir en mí, mi nieto me libera, hace que vuelva, pregunta.

-- ¿Qué te pasa abuelo, estás llorando?

-- Sí, un poco.

-- ¿Por qué abuelo?

-- Porque Caperucita se comió al lobo.

--¿Me estás jodiendo?

Entonces reímos y lo disfruto, pero sigo con mi mochila pesada de coraje sin usar, del que duele y no te da ninguna alegría.

-- ¡Dale abuelo! ¿Decíme por qué estabas llorando?

-- Porque tomé mucha agua y no quería ir a hacer pis, se me desbordó por el ojo.

-- ¡Ufa che, contáme!

-- ¿Si te lo cuento, te vas a dejar de joder?

-- Sí.

-- ¿Me lo prometés?

-- Si, pero decíme la verdad.

-- Estoy enamorado.

Entonces volvemos a reír y lo disfruto, vaya que nos reímos… Hasta que vuelve a preguntar.

Pascual Marrazzo ©

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