lunes, 7 de febrero de 2011

Naturaleza muerta

Hola lectores

Desde un lunes azul de febrero, con cansancio de "Fiesta del lago" felicito a los Cincosaltenses por la fiesta, muy lindo el espectáculo de los aviones y sus acrobacias. Les envío "Naturaleza muerta" Un raye que critica a los que no se bancan la vida.

Un abrazo

Pascual



NATURALEZA MUERTA



Me enfrento a una mujer que por amor, ha decidido no sufrir más y encerró su corazón con las cadenas de la indiferencia. Le ha dado por cambiar los sentidos propios de la naturaleza y destejer los sentimientos con las agujas primitivas de las malas memorias y los fracasos. Sueña con una felicidad enlatada que le puedan regalar a la salida de algún supermercado. Todavía no sabe que ésta no se recibe, sino que se construye y me deja plantado con el primer ladrillo en mi mano. De esta manera he de asistir al absurdo velorio de un amor que no nació, ni rozó la piel, ni tuvo regocijo, ni lugar.

Podría preparar una cajita de promesas y leerle una bola de cristal. Esperarla en el andén de una estación donde el tren sólo sea una ficción y partir hacia el engaño. Pero yo no sé mezclar las matemáticas y acuno ilusiones cargadas de llantos y risas. No uso espejitos de colores y tampoco me disfrazo de inocente. Estoy orgulloso de mi naturaleza, la dejo rodar por aventurados senderos y no me preocupo por las miserias anunciadas. Siempre habrá una extenuada campana, un silbato durmiente abriéndose paso en la oscuridad y un rosario de chismes martillando los tímpanos. Me banco desayunar con una ofensa que me anude el estómago y le doy uso a esa añeja esencia del olvido. Pero eso sí, me guardo un poco de dolor en el cuerpo para que no se me rompa del todo la memoria, como si fuese una vacuna contra el odio y la venganza. No enfrento el muro con vanos juramentos.

Busco plasmar, instalar y compartir una forma de amar que no evoque al ingenio. Sólo alivianar de este inmenso equipaje las ventajas que enaltecen la pasión: cuando atrapamos las urgencias y las tensadas sensaciones, hambre de vida y tentaciones. Tiempo de descender, nutrir la boca, desenredar los cabellos y permitir que el amor fluya. Me conmueven los amaneceres después de despeinar el enamoramiento en un rincón de la noche y devoro la brisa hasta desbordar mi alma.

Pascual Marrazzo ©

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