jueves, 30 de diciembre de 2010

Año Nuevo

Hola lectores

Desde una tarde gris, calurosa y pesada, les envío otro “Año nuevo” Un cuento que trata de rescatar las costumbres antiguas, el oficio de la telefonista, la relación madre e hijo, la familia y las costumbres.

Un abrazo y feliz año nuevo!!!!

Hasta el próximo año.

Pascual


AÑO NUEVO



Desde las primeras horas del treinta y uno, la casa se convirtió en un despelote. Mi abuela y mi tía Ernestina llegaron de la feria cargadas de bolsas.

Mis otras tías entraban y salían presurosas, maldiciendo el correr del tiempo y renegando con mis primas. Se hablaba de comidas, peluquerías y vestidos.

A mi mamá le tocó ir a trabajar y si podía, se iba a comunicar por teléfono a las doce de la noche.

Empezando la tarde me fui con el abuelo al fondo para ayudarle a asar el cordero y a romper el hielo en el fuentón. Después pusimos la bebida y la tapamos con bolsas de arpillera.

La ansiedad devoró al día y llegó el año nuevo, acompañado de sirenas y campanas. Todos levantamos las copas y nos machucamos a besos. Luego me senté con mi copita al lado del teléfono, hasta que el tío me vio y me llevó a la calle, a encender cañitas voladoras y a mirar el cielo.

Pascual Marrazzo ©

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