lunes, 20 de diciembre de 2010

La espada de Giman

Hola lectores

Desde un día azul de verano, les envío “La espada de Giman” Un cuento que expone la inocencia de los inocentes y el enfrentamiento de una sociedad de consumo, que no tiene en cuenta las necesidades.

Un abrazo

Pascual




LA ESPADA DE GIMAN



En los techos de las precarias casas de madera se observaban las antenas de TV. Un cielo gris oscuro y la lluvia que platinaba algunas chapas entreveradas.

Por dentro, las pantallas de los televisores mostraban la Navidad del mundo y del consumo, a un viejo bonachón con ciervos y trineo repartiendo juguetes en la nochebuena. Agitando así, la imaginación de los niños de la “Villa Impenetrable” con la propaganda de la “Espada de Giman”.

-- Mamá ¿a nosotros también nos va a traer juguetes Papá Noel?

-- No m´hijito, a la villa no puede llegar por el barro y menos con trineo y ciervos. Pa´dentrar acá hay que tener carro con ruedas de auto y caballo, como nosotros.

-- ¿Y no te los puede dar a vos cuando vas a buscar los cartones?

-- No va a estar yendo a detrás de mí el pobre viejo, mire que gordo que está.

El niño quedó pensando mientras rescataba en una lata las goteras del techo y las ponía en un balde. La mujer refregaba unas ropas en la tabla de lavar, pero a la vez esperaba que el muchachito insistiese. “Con qué me irá a salir ahora”- se preguntaba. El chico no se hizo esperar:

-- Mamá ¿No será que no viene porque no tenemos arbolito ni chimenea?

Pascual Marrazzo ©

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