lunes, 19 de abril de 2010

La lluvia

Hola lectores

Desde un día azul de otoño, les envío “La lluvia” Un raye lleno de reproches con un final (fuerte) de cuento.

Un abrazo

Pascual



LA LLUVIA



El hombre despertó molesto y no se pudo contener; en forma de Rosario increpó con una oración al silencio de sus pensamientos: Eres como una música, himno de tambores, bendición de campos o ruina de cosechas, limpiadora de excrementos de palomas, lavandera de cúpulas de Iglesias y cruces de cementerio. Algo así como una fuerza extraña donde puedes arreciar como un látigo, acariciar una mejilla o apagar un fuego. Rugiente de cascadas, cancionera de arroyos y cantarina de fuentes de deseos ¿Cómo puedes ser torrente despiadado, ahogando vidas y saciando la sed de los muertos? Y al mismo tiempo, ¿Cómo puedes ser, la misma que enciende al arco iris? Preanuncias tu llegada huracanada, ensordeciendo al silencio, aquietando el vuelo de los pájaros, embobando a las moscas y punzando los callos de los abuelos. Olor y crepitar de techos y ventanas, incitando mi sangre de apetitos carnales. Dime: ¿Cuánta sed tendremos que tener para embriagarnos del bien y del mal... y, en qué canaleta orinaremos el agua sucia? ¡Mortificadora de mis sueños! Hoy llegas despertando mi pobreza en forma de gotera.

Pascual Marrazzo ©

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