lunes, 5 de abril de 2010

Bienvenida

Hola lectores:

Desde un día azul de otoño les envío Bienvenida, un raye de lluvia, y un recuendo de hace 41 años, cuando en el valle había muy poco asfaltO y no llovía casi nunca. Un abrazo.

Pascual


BIENVENIDA




Cuando vine a éste valle por primera vez, me abrazaba el viento, el calor, y el diez por ciento de humedad.

Respiraba el polvo y la arena. Quemaba con el aire caliente los conductos de mi nariz y me cuidaba muy bien de no respirar hondo, para no lastimarme. Cruzaba de sombra en sombra (cuando podía).

Pasaban los meses y la lluvia ni siquiera se asomaba. Estaba acostumbrado a vivir con ella en Buenos Aires, aunque me tuviese cansado como un matrimonio obligado. Pero ahora que no estaba, me era imposible pensar vivir sin ella.

Un día, siempre llega un día, se anunció con unos picotazos en el polvo, en las chapas. Fue como pisar un hormiguero, la gente salía a pasear bajo la lluvia, con autos, sin autos, en bicicleta, caminando.

A mi me corría el agua por detrás de las orejas, me cosquilleaba, como un beso de novia.

Pascual Marrazzo (C)

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