jueves, 26 de febrero de 2009

Si todos los seres del mundo (raye)

Hola lectores.

Desde un día azul, hermosamente azul, les envío una reflexión un poco más seria de lo habitual, no tan romántica. Pero resulta que hoy leí un artículo de un notable inventor del paraguas que decía que había que humanizar la economía. Y yo pensé:¿Y quién no lo sabe?... El punto és que el bolsillo no tiene humanidad y el poder, menos.

Blog: http://tienetintatutintero.blogspot.com

Un abrazo.

Pascual


SI TODOS LOS SERES DEL MUNDO

Es muy difícil librarse de las cadenas de la guerra, porque los eslabones se fueron haciendo con el odio, la ceguera, la prepotencia y el orgullo de una mal llamada fortaleza.

El hombre es discriminador por excelencia, no lo hace solamente por el color de la piel o el pelo, la distinta creencia religiosa, o su nacionalidad. Discrimina todo lo que no es de su entorno, todo lo que se opone. Discrimina en el deporte y en la política. No se siente hermano ni humano, es un espécimen con inteligencia inmadura. No trae cargada ninguna cualidad, estas hay que formarlas, educarlas. Así y todo, el hombre es un conjunto de debilidades contenidas por una educación. Y si no, cómo se explican estas guerras, las masacres étnicas y las que van detrás de las riquezas igual que en la edad media.

El fracaso es del hombre, especialmente de aquel que fue educado con esmero y poder. Poder que usa para generar guerras de magnitudes groseras y desiguales. Echarle la culpa a una Nación es un error, es el hombre y su inteligencia la que gobierna. El hombre es un fracaso, porque está mal formado, porque todavía hay quien aspira a robar las riquezas de un territorio que no le pertenece, porque hay quienes han conseguido a través de un parlamento, hacerlo, y están orgullosos.

Si pronto no globalizamos una idea, una idea que produzca un gran choque. Una educación para producir en cada uno de los nacidos las tres condiciones fundamentales para tener un verdadero éxito: Tolerancia, perdón y amor. Si desde niños lográramos fortalecer estas tres condiciones sobre las demás. Entonces dejaremos de dar pasos en contra de la humanidad.

Quien creó la bomba atómica, no pudo pensar en su defensa. Quien la deja caer en una ciudad, es un asesino, porque la lucha no es nunca contra la humanidad. Una vez fui a comprar un revolver para defenderme de un posible robo. Le comenté al armero que en realidad lo quería para asustar o en último de los casos herir al ladrón. Entonces el me contestó: “No señor, si se enfrenta, lo tiene que matar”. Fue junto con esta anécdota, que dejé de pensar en tener un arma.

Es tan mala la educación del hombre, que su poder y ambición busca su propio exterminio, es el ejemplo de la víbora que se come la cola.

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