lunes, 22 de octubre de 2012

Los tres amores




Hola lectores
Desde un día lluvioso de primavera, les envío "Los tres amores" Un raye de observador de la naturaleza y la comparación metafórica.
Un abrazo
Pascual
 

LOS TRES AMORES


Una hoja  aferrada al  roble, sin  resignarse  al  otoño pregonaba su agonía, era un llamado desesperado. Tanto, que aquel zorzal la liberó de un picotazo. Ella revoloteó enloquecida  por  la  brisa, subió. Subió sedienta en busca de otro pájaro. Más abajo, en el campo, el viento hacía bailar una espiga de trigo alrededor de un cardo. Él no sabía de alegrías, sólo que sus espinas la podían lastimar. Ella desperezaba su trenza dorada sin temer su roce, sin miedo a llorar. Entonces él floreció y le inclinó el capullo para que lo bese sin causar dolor. Aquí en el granero gruñía una cadena que no me dejaba desatar el corazón. Con su trampa de eslabones perdidos entre herraduras de la buena suerte y clavos retorcidos, sacudía los gritos rotos entre un conjunto de hierros enmohecidos. Ahí, donde cuelga tu amor y tus silencios.

                                                                                                 Pascual Marrazzo. ©

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