jueves, 16 de febrero de 2012

El cumpleaños

Hola lectores

Desde un día gris de verano, les envío "El cumpleaños" Un raye para reflexionar y disfrutar de la vida.

Un abrazo

Pascual


EL CUMPLEAÑOS


Estaba festejando la acumulación de tiempos y distancias. Como no tengo velocímetro dejé que la distancia fuera apreciada y controlada por los demás. Por los que hacen historia y marcan las huellas de nuestros zapatos.

En cambio el tiempo se calcula con el almanaque que les recordó a todos la fecha de mi natalicio. Casi llego a brindar por mi feliz cumpleaños cuando al ver tantas velitas recapacité y recordé que hay un tiempo de sueño, un tiempo muerto que nos reduce substancialmente la vida. Entonces en un rápido ejercicio mental decidí sacar algunas y me asusté cuando descubrí que había dormido más de veinte años. Reacomodé las velitas y me pregunté si verdaderamente era correcto festejar los espacios irrepetibles, los desengaños, la mufa, los viajes en colectivo, en tren, en subte, el aburrimiento, el tedio,.. Y descubrí que hay que respirar mucho tiempo para vivir unas cuantas horas y si dentro de ellas no me apiolo y no vivo, cuando llegue a la primera esquina descarrilo y me patino fuera de órbita. Así que de un manotón dejé libre de adornos la torta. Quedaron tres o cuatro velitas y mi hija que me notó algo raro se apresuró a prenderlas y empezó el griterío.

¨ ¡Se sacó los años para ser más joven! -- gritó mi nuera.

¨ ¡Bien papá!

¨ ¡El abuelo se hace el pendejo!

Se apagaron las luces y frente a mis ojos ardían los mejores años. ¡Tan pocos carajo! Y soplé. Soplé el aire húmedo de las lágrimas.

Pascual Marrazzo ©

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