lunes, 4 de octubre de 2010

Aquel beso fugaz

Hola lectores

Desde un día gris de primavera, con la burbuja de los festejos de los 107 años de la ciudad de Cipolletti, les envío “Aquel beso fugaz” Un raye que trata de un solo segundo, de un roce. Pero que deja pendiente lo que no se animaron a hacer y muestra que en la vida, no se puede fallar cuando aparece la oportunidad de beber del amor. El peso se lleva hasta el fin.

Un abrazo

Pascual



AQUEL BESO FUGAZ



Recuerdo que ella me ofreció la mejilla y parte de sus labios en cambio de un beso de despedida. Como si fuese algo fugaz (y así fue) sin embargo, es la sensación del deseo que sentimos en ese instante, la que lo hace inolvidable. Fue el primer eslabón que encadenó nuestras almas (durante algunos segundos en tiempo presente) cuando todavía soñábamos con el mañana y “los sueños, sueños son”.

De nuestra falta de valor: un día nos disculpamos, pero no nos perdonamos. En lo íntimo de nosotros había nacido el rencor de nuestras propias faltas.

Por años busqué que se repita ese instante, me preparé y ensaye para que no se me vuelva a escapar. Por qué pasará la dicha por delante de los hombres, justo en el tiempo del atolondramiento. Los errores de la adolescencia acumulan el bagaje más pesado que carga la experiencia. Pero las experiencias son irrepetibles y el fracaso… pesa. Hoy me suena tan estúpido reflexionar con tanta filosofía, solidez y sabiduría que nos deja el fracaso. Romper ese eslabón y despedir su alma. Aquí, en el campo de la paz.

Pascual Marrazzo ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario