jueves, 17 de septiembre de 2009

La bala perdida

Hola lectores
Desde un día de invierno primaveral, les envío "La bala perdida" Un cuento breve de gran dimención, donde queda flotando en el aire -un de donde vino la bala- o quién lo castigó. Lo demás son miserias de estos tiempos.
Un abrazo
Pascual



LA BALA PERDIDA



El muerto tenía clavada una bala en la frente. Su figura grotesca en medio de la calle no concordaba con la actividad pacífica de alguien como él.

Un gallo, parado en el medio de su abdomen, esperaba con ansiedad las primeras luces de la madrugada, dispuesto a usar toda su energía en un llamado a la solidaridad.

El tiempo, sólo y libre, se adueñó de la realidad y llegó a su fin. El chillido acompañado del aleteo fue estridente y los sueños se despertaron.

El primer canillita dio el aviso a gritos ¡Mataron al párroco, mataron al párroco!...

Los primeros vecinos le quitaron las sandalias rojas de tacos altos, el corpiño, le limpiaron la pintura de los labios y volvieron a abotonarle la sotana.

En sólo dos saltos, el hijo del carpintero se escondió en el cielo.

Pascual Marrazzo ©

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