jueves, 31 de marzo de 2011

El derrumbe de mi soledad

Hola lectores

Desde un día gris de otoño, les envío "El derrumbe de mi soledad" Un raye, donde la metáfora juega a convertirse y reconvertirse.

Un abrazo

Pascual


EL DERRUMBE DE MI SOLEDAD


Mi soledad no sólo era muy lenta, sino que paraba en cada esquina, miraba para ver si alguien una noche se iba a acostar con ella para desenredarse en sus manos y convertirse en sombra. Sabía que si lo conseguía, le robaría los silencios después de que se lo digan todo. Era tan audaz, que me habitaba debajo de la piel en todos los rincones de mi cuerpo. Esta soledad negra, medida, apretada y extremadamente celosa, nunca quiso dialogar conmigo. Experimentaba un presidio tortuoso para mantenerse sola, puramente sola, habitada de silencio. Un día le llegó la oportunidad, apareció ese alguien y, colmada de esperanzas, trenzó su lengua hasta convertirla en llamas. Recorrió con sus dedos el descaro de otro cuerpo y se derrumbó aturdida como un pétalo manso de flor enamorada. Ahora ella llena mi vida y no se cansa de parlotear.

Pascual Marrazzo ©

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