lunes, 27 de julio de 2009

El paciente inglés

Hola lectores
Desde un día azul y frío les envío "El paciente inglés". Un cuento breve donde se cobra la impuntualidad con una misma moneda y se escuchan las intimidades de algunas mujeres.

Un abrazo

Pascual



EL PACIENTE INGLES


- Los ingleses son puntuales, pero también pacientes ( dijo Mónica a sus compañeras) así que esperará ( agregó).

- Yo no tiraría tanto del hilo - Dijo María Elena

- Tienen una paciencia fría y calculadora. Yo creo que se cobran todo, así que cuídate… Agregó Silvina.

- Los hombres enamorados son como los ositos de peluche;

Disfrútalo mientras puedas… Dijo Claudia.

- A los hombres hay que usarlos… a los hombres hay que usarlos… No lo olviden jamás… Dijo Tania a modo de cantinela.

- Ustedes se van para el otro lado; yo sólo lo voy hacer esperar un poco para mantenerlo entusiasmado… Bueno, ustedes saben, son sobrevivientes de mil amores. Chaucito - Dijo Mónica, retirándose.

Cuando llegó a la cita treinta minutos más tarde, del inglés no había ni el menor rastro. Mónica, contrariada, ocupó una de las mesas del bar y se sentó a esperar por si él no hubiera llegado antes.

En la espera conjeturó “que si estuvo y se fue”, “que si le pasó algo y no llegó”, etc.,etc. ¿Por qué se habrá mandado la parte con sus amigas? ¿Por qué no se comportó como debía? Si al fin y al cabo él era un hombre muy correcto…

A la media hora estaba que se le saltaban las lágrimas, ya que comprobaba que seguramente él había estado y se fue…

Entonces el inglés apareció a su lado silencioso e imperturbable, dijo hola, pidió permiso para sentarse y cuando ella le reprochaba que había llegado una hora tarde, él le contestó:

--Los ingleses somos muy puntuales. Yo llegué hace una hora y pacientemente esperé este momento.

Pascual Marrazzo ©

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