Desde un día azul de invierno infectado, les envío a "El gaucho pobre" Un cuento breve que muestra a un personaje servicial en una página antigua pero real de nuestra historia (los niños nacían en sus casas y a veces ocurrían estas cosas) Pero como broche final, muestra que nadie es perfecto para la chusma.
Un abrazo
Pascual
EL GAUCHO POBRE
Oficiaba de botellero, mudanzas de familias humildes y fletes. Le decían el gaucho pobre, porque así estaba escrito en su carro, pero en realidad todos los conocían más por su condición de gaucho, hombre siempre dispuesto y de gran humanidad.
Tal fue así que un día de lluvia, casi cerrando la noche se llevó a doña Celina al hospital, porque no podía parir en la casa. La tapo con su propio poncho y salieron surcando el barro.
Dijeron que fue a pocas cuadras nomás. El carro se encajó y en el bamboleo la criatura se aflojó.
Le pusieron Emiliana, porque el gaucho se llamaba Emilio.
El Intendente lo premió con veinte pesos y las comadres no se cansaban de comentar:
- Le cortó el cordón con los dientes, el salvaje.
Pascual Marrazzo ©
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