viernes, 21 de enero de 2011

La lucha del amor amigo

Hola lectores

Desde un día azul de verano, les envío “La lucha del amor amigo” Un raye que trata de una fantasiosa pelea entre el amor de amigo y la pasión del amor.

Un abrazo

Pascual


LA LUCHA DEL AMOR AMIGO



Cada vez que intento transformar la frontera de la amistad en amor, me pregunto si no voy a contramano. Acaso será una lucha entre el amor y la pasión. Pasión que duele intensamente y se enfrenta a otro dolor profundo, sin presión, ni rebelión. De una u otra forma pareciera que tenemos la felicidad en las dos manos y sin embargo nos causan un vacío. Transitamos casi lastimosamente por un sendero sin darnos cuenta que se trata de jardines perfumados, pues no sólo se nos ciega la vista, sino el alma. Es que esa línea divisoria entre el amor y la amistad, muerde, descarrila los sentidos que se rebelan. No quieren convivir, prefieren saltar al vacío antes que ser sometidos a la amistad y lloran con una espina clavada en el corazón.

En esta reflexión busco una oportunidad que me haga reaccionar estimulando mi conciencia, para que me alivie de esta encrucijada. Si una llamarada pasional nos domina, no podemos besar como angelitos. Hay un obstinado misterio que no me deja vislumbrar serenamente la profundidad de los extremos. En este corredor tan estrecho se siente la indiferencia de la soledad, el tiempo conmueve y el palpitar dentro del pecho suena a música.

La lucha es a muerte, es una pelea irrepetible, centellante, sólo hay lugar para avanzar o retroceder. Como si el ámbito fuese un estrecho puente colgante, la pasión en un extremo y el amor en el otro. El extraño enfrentamiento se aproxima, sin cómplices ni fantasmas, hay una postura altiva y otra arrogante, no son las mismas. No va haber renuncias ni se atesorarán posturas desarticuladas, tal vez una melodía clásica y furiosa los arrolle. Ya no quedan asignaturas ni métodos extraños, el encuentro no puede demorarse, el cielo se atigra de estrellas y retazos blancos. Mientras, el viento les susurra fragmentos de versos amorosos. Ellos pulen con esmero sus espadas, comienzan a transitar su dominio sobre un tramado piso de espejos crujientes. Los dos defienden la razón con sus virtudes intactas, tratan de construir la llave de la victoria sin grandilocuencia, protegidos de un escudo generoso, adornado de recuerdos y sacrificios divinos.

Pueden verse las pupilas, la piel marcada por el tiempo, el brillo del sudor. También podrían abrirse el vientre de un tajo, pero el amor cruzó la línea y la pasión lo aprisionó.

Pascual Marrazzo ©

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