Hola lectores
Desde un día gris de verano, les envío "El héroe" Un cuento breve o un acto de fe. Lo que ustedes elijan según sus creencias.
Un abrazo
PascualEL HEROE
A Martín le encantaba ir a la playa con su Abuelo, sabía que volvería con una bolsa llena de almejas y no sé cuántas hazañas contadas por él, donde los hechos de justicia y pasión se le hincarían en su memoria junto a los que ya atesoraba.
Por ello tal vez decidió sacarse la ansiedad que le producía la incipiente aventura y le propuso una entrada al mar, que a esa hora se mostraba apático.
El calor no apretaba todavía, pero el Abuelo comprendía que a un niño de 10 años las calorías le sobraban. Claro que para él las cosan no eran iguales, por lo que autorizando a su nieto y dándole mil recomendaciones le dijo que se quedaría leyendo en la duna caliente y que desde ahí lo estaría vigilando.
Martín disfrutaba como nunca de la calma del mar y el Abuelo otro tanto de su lectura, de vez en cuando, miraba retozar al muchacho y continuaba leyendo.
Fue un instante de literatura intensa, que tal vez coincidió con una brisa traicionera o quizás lo tocó el sueño. Lo cierto es que llegó el pedido de auxilio, no en sonido sino más bien en forma de intuición.
Bajó las dunas como una tromba y corrió por la arena blanda. Fueron doscientos metros o algo más, sólo eso bastó para que su corazón reventara y él cayera justo en el límite de la arena húmeda.
Murió mirando el cielo, implorando a Dios o soñando una proeza póstuma para contarle a su nieto.
Mientras, el niño lo llamaba entre bocanadas de agua y estiraba los brazos con tal fe y decisión que sintió como las manos aventureras del Abuelo atenazaban su carne y lo arrastraba hasta la playa, después lo vio caer.
Cuando vinieron sus padres les explicó:
El Abuelo me sacó del agua cuando me estaba ahogando, luego se durmió.
Y les mostraba, como el crucifijo del Abuelo se le había enredado en sus brazos.
Pascual Marrazzo©
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