Desde un día azul de primavera les envío "Mi barrilete" para todos aquellos que hayan tenido la suerte de hacer un barrilete con sus propias manos y los pocos recursos de la época. Caña, harina y agua (para el engrudo)papel de molde, cuchillo o cortaplumas, ropa vieja para hacer las tiras de la cola e hilo. Una ver terminado se lo roceaba con agua para que quedase bien tirante el papel.Saliendo de la melancolía, también hay una metáfora paralela para volver a volar. Si ahondamos más tenemos que tener en cuenta el significado del día en que el barrilete no se cayo y siguió volando a pesar de haber cortado el hilo. (En definitiva, si quieren pueden pensar y sino dejenló ahí, que también está bien. Pero si alguien quiere hacer un comentario será para mi un gran placer).
Un abrazo
Pascual
MI BARRILETE
“Tirá todos los barriletes rotos… compartí el mío y lo haremos volar juntos” – me dijo ella.
Me gustó eso de los barriletes y recordé uno de cuatro cañas, ocho caras bien acordonadas, con un poco de comba, pero sin que se pareciera a un paraguas.
La bombita me había salido voladora y la remonté como una docena de veces. Hasta que un día de mucho viento le di todo el carretel y el hilo se me cortó.
Siempre se veían caer barriletes, era un riesgo común. Caían en forma de tirabuzón. Pero mi bombita no cayó, siguió volando y se quedó arriba hasta que se hizo de noche y no la pude ver más.
Al otro día ella estaba ahí, se veía muy chiquita, pero permanecía como un escudo triunfante. Mis amigos se sorprendieron tanto como yo. Tuvimos que caminar como diez cuadras hasta descubrir el hilo enganchado en las ramas de un eucalipto, los chicos me ayudaron a trepar y desde allá arriba lo fui recogiendo.
El festejo fue general, todos estaban orgullosos de la bombita, era de un solo color, hecha con papel de molde de los que usaba mi Tía para hacer los vestidos. Le escribimos nuestros nombres y para alegrarla un poco lo hicimos con lápices de colores. La colgué en la pared de mi pieza, al lado del Cristo y nunca más la volví a tocar.
Tal vez, haya llegado el momento de volverla a remontar, sin importar cuanto hilo ha de quedar.
Pascual Marrazzo ©
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