Hola lectores
Desde un frío y maravilloso día de otoño, les envío "El adobe" Un cuento breve o tal vez un raye, todo depende de ustedes, si lo quieren ver como un conjunto de metáforas, si se meten en la fantasía o solamente pisan el charco de barro que queda al final. Cualquier cosa que interpreten, está bien para mi.
Un abrazo
pascual
EL ADOBE
Desde que me mandaron a estudiar el catecismo y me enseñaron el origen de la humanidad, siempre soñé con ser un especialista en amasar el barro.
“Alfarero, primer oficio conocido por nuestra historia”.
De ahí que Trato de modelarme todos los días y sacarme las arrugas del día anterior. También, le enseño a mi novia para compartir esta tarea y no me sea muy pesada. A veces jugamos, ella me hace los cuernos y yo una teta más grande que la otra o alguna travesura en el ombligo.
A la hora del infierno traspiramos hasta la última gota. Luego en el horno nos comenzamos a cocinar y apenas unos minutos antes de explotar por el calor, acabamos con el fuego. Es una técnica nueva para lograr estar caliente durante toda una noche y mantenernos enteros. Eso sí, en nuestros métodos superadores, usamos muy poco la paja, no construimos muros, es todo barro y agua nomás.
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