lunes, 16 de marzo de 2009

El estallido de la burbuja (raye)

Hola lectores.

Hoy es un día gris claro, soleado. En partes, transparentes.Hay una brisa fresca que amenaza con una tarde ventosa. El otoño se insinúa descolgando algunas hojas ocres. Les envío "El estallido de una burbuja" .

Un abrazo.

Pascual.



EL ESTALLIDO DE LA BURBUJA

El universo se concentra en el íntimo lugar en que los amantes desnudan su alma, su piel y sus ilusiones; se visten de fiesta, se abrigan de fiesta y hambrientos de fiesta se dan un festín. Es el espacio de sus encuentros, donde palpita el amor oculto y se sufren las esperas desesperadas.

La madrugada los sorprende entre sábanas de cenizas tibias, acorralados de nostalgias. La ceremonia ha terminado, los rituales se cumplieron, sólo queda el ardor de la seda y las caricias, la sed de llamas y más brasas. Comienza la ansiedad de la próxima hoguera, la lentitud es un tormento, los besos suaves arden en la piel. Los trazos de las lenguas erizan los recuerdos y la pasión se prepara para el próximo torbellino.

Es un amor que ahoga con sus cuerpos generosos de placer, donde los pezones se rebelan y el pubis se convierte en la almohada de los sueños irrepetibles. Son los momentos compartidos de un éxtasis, que parecería imposible de superar. Sin embargo, la separación atomiza los reclamos del cuerpo, sufre de esperas y silencios. Espanta la cordura y deja que los duendes del recuerdo trabajen en la piel y las entrañas, se metan en las venas y eroticen la sangre. Las mentes dibujan las caricias, las que fueron y las que están por venir, planifican con ingenio lívido el recorrido del calor y aspiran el perfume salvaje de sus músculos descontrolados.

Gajo a gajo, los amantes completan las horas, juntos o separados, pero con la misma intensidad resisten el placer y la gloria. Las fantasías persisten, se tornan inagotables, afirman sin reticencias su frescura, se estrujan los caprichos en los ardores furiosos. Anhelan tenerse, amarse eternamente en el extremo de un sexo fuerte donde compiten por el estremecimiento de un orgasmo compartido. Hasta que uno de los dos rompe la burbuja e intenta ser único.

Pascual Marrazzo ©


No hay comentarios:

Publicar un comentario