martes, 17 de marzo de 2009

El equilibrista (raye)

Hola lectores.

Desde un día azul, les envío "El equilibrista" un raye que encierra un par de reflexiones. Bastante válidas para vivir este modernismo de violencia al acecho, donde no sabés qué te espera en cada esquina y la otra violencia, la que te tiene que entrar en la cabeza a presión, siempre a punto de reventar frente al sicólogo.

Un abrazo.

Pascual


EL EQUILIBRISTA

La impotencia es mala consejera y la potencia, ni hablar. Una, da resabios de venganza y la otra, envalentona. Las dos trazan un camino equívoco, premeditación generada por el odio y la pelea pura con que atropella el más fuerte. Pareciera que éste se corrompe, porque en la realidad de la historia, la ley del más fuerte nunca se ha rendido ante la razón. Por lo tanto, no es bueno ser poderoso; es tan malo como ser débil. Ni la calma chicha ni la tempestad: la moderación es el equilibrio perfecto para llevar nuestras vidas.

Es como cuando los valores que se logran con la humildad pierden su precio, el dinero los pervierte y la humildad se transforma en arrogancia.

Transito estos conceptos porque en realidad todos me critican por pasear por la cuerda floja, caminar sobre el cordón de la vereda, nadar entre dos amores, moderado entre el placer y el vicio. Nadie pondera mi equilibrio; me rehúso a la ignorancia de los sabelotodos (mentes inteligentes al servicio de la sabiduría popular, paradoja de lo popular que se aprende en la calle que te psicoanaliza y te arregla las neuronas). Mi psicólogo es una prostituta, le cuento todos mis males y ¡viva!.. Siempre salgo curado.

Pascual Marrazzo ©


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