Hola lectores
Desde un día azul y blanco de verano, les envío "El amor es sordo" Un diálogo alegre y real, con sabor a cuento.
Un abrazo
Pascual
Desde un día azul y blanco de verano, les envío "El amor es sordo" Un diálogo alegre y real, con sabor a cuento.
Un abrazo
Pascual
EL AMOR ES SORDO
Recién acostados, la pareja de enamorados tiende a abrazarse.
- Estoy incordiosa - dijo ella dándole la espalda.
- Ya sé que sos una Diosa - contestó el Negro y le zampó una
ventosa en el medio de la columna vertebral.
La negra se dio vuelta en un corcoveo como para rasguñarlo, pero cuando le vio la cara de felicidad, aflojó y fue más suave.
- Vos me estás tomando para la farra.
- No, mi amorcito, si yo no estuve tomando y menos de farra. Usted sabe que el negro se gasta todo el cariño aquí.
Y comenzó a llenarle la oreja de arrumacos.
- Bueno dejáte de joder que me estás poniendo nerviosa.
Entonces el negro abrió la bocaza y la sorprendió mordiéndole la trompa casi hasta ahogarla y cuando la soltó, teniéndola tan flojita le dijo:
- Claro que sos mi Diosa, mi Negra.
Pascual Marrazzo ©
- Estoy incordiosa - dijo ella dándole la espalda.
- Ya sé que sos una Diosa - contestó el Negro y le zampó una
ventosa en el medio de la columna vertebral.
La negra se dio vuelta en un corcoveo como para rasguñarlo, pero cuando le vio la cara de felicidad, aflojó y fue más suave.
- Vos me estás tomando para la farra.
- No, mi amorcito, si yo no estuve tomando y menos de farra. Usted sabe que el negro se gasta todo el cariño aquí.
Y comenzó a llenarle la oreja de arrumacos.
- Bueno dejáte de joder que me estás poniendo nerviosa.
Entonces el negro abrió la bocaza y la sorprendió mordiéndole la trompa casi hasta ahogarla y cuando la soltó, teniéndola tan flojita le dijo:
- Claro que sos mi Diosa, mi Negra.
Pascual Marrazzo ©
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