Hola lectores
Desde un día azul, de verano, les envío "Discriminación" Un cuento breve que vuestra imaginación podrá expandir.
Un abrazo
Pascual
Desde un día azul, de verano, les envío "Discriminación" Un cuento breve que vuestra imaginación podrá expandir.
Un abrazo
Pascual
DISCRIMINACIÓN
Martel había heredado la piel de los esclavos africanos y por ende, el odio a los captores blancos.
Tal vez, fue por ello que la violó con la saña de un salvaje, aunque después su alma quedara herida por el amor.
Katy era irlandesa. Tenía fobia por los negros, los protestantes y los judíos. También por una lista en la que era posible, se encontrase ella misma. Especialmente ahora, que había descubierto su debilidad de mujer.
La niebla, encendida por el farol del parque desplegaba una luz espesa, ideal para otra emboscada.
Un sorprendido ardor en el pecho y verla frente a él empuñando un revolver humeante, fue un solo sentido. Disparó su ágil brazo de boxeador y la atrapó del cuello. Eran dos marionetas de ojos fijos y sin párpados prontas a quebrarse, hasta que se derrumbaron sin vida.
Por la mañana, el sol con su escoba de paja dorada fue barriendo la niebla, hasta que los encontró como a dos enamorados.
Entonces sus sombras se fueron desparramando como un charco de vida eterna, se dieron cuenta que eran iguales y se desprendieron de los cuerpos.
El sol desesperado quiso atraparlas, pero ellas, desaparecieron.
Tal vez, fue por ello que la violó con la saña de un salvaje, aunque después su alma quedara herida por el amor.
Katy era irlandesa. Tenía fobia por los negros, los protestantes y los judíos. También por una lista en la que era posible, se encontrase ella misma. Especialmente ahora, que había descubierto su debilidad de mujer.
La niebla, encendida por el farol del parque desplegaba una luz espesa, ideal para otra emboscada.
Un sorprendido ardor en el pecho y verla frente a él empuñando un revolver humeante, fue un solo sentido. Disparó su ágil brazo de boxeador y la atrapó del cuello. Eran dos marionetas de ojos fijos y sin párpados prontas a quebrarse, hasta que se derrumbaron sin vida.
Por la mañana, el sol con su escoba de paja dorada fue barriendo la niebla, hasta que los encontró como a dos enamorados.
Entonces sus sombras se fueron desparramando como un charco de vida eterna, se dieron cuenta que eran iguales y se desprendieron de los cuerpos.
El sol desesperado quiso atraparlas, pero ellas, desaparecieron.
Pascual Marrazzo ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario