lunes, 14 de diciembre de 2009

Hechizo

Hola lectores

Desde un día azul de una primavera que ya se quiere ir, les envío “Hechizo” un raye nuevo que remueve la pasión del sentimiento más requerido del ser humano, un toque de erotismo que se engancha siempre en este carro y cualquiera de ustedes que tengan el valor de atreverse.

Un abrazo Pascual



HECHIZO



El amor de María fue un imprevisto, apareció cosquilleando y me envolvió el tiempo. Barrió mis pensamientos y se concentró en mi mente para mostrármelo de una y otra forma, me hizo correr la imaginación y se encargó de armar las ilusiones que permanecen pegadas a mi piel.

¿Cómo explicar la negación de lo que existe? Uno de nosotros podría decir: “no puedo quererte” y producir la tortura del amor que no se ejerce, pero el amor ya está instalado entre los dos y no entiende de negativas ni atrasos. Es una unión existencial donde ya no se puede respirar sin el otro y donde el deseo se padece más que un dolor de muelas. Un baile que nos hace perder los sentidos y los pasos.

Sus ojos de vino tinto me emborrachan y se enrojecen como el crepúsculo cuando se ensañan en el placer. Componen su música con el hechizo de la luna llena y las caricias de una brisa tibia. Su piel tiene mil caminos para mis manos. Ellas juegan a enredarse, se hunden, buscan la aventura en los senderos y transmiten el calor de la hoguera. Es una lucha larga donde se muere y se renace. Un nuevo comienzo, una comezón que espera con ansias el próximo encuentro.

Pascual Marrazzo ©

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