Hola lectores Desde un día nublado de primavera, les envío "El premio" Un cuentito breve, alegre, un pasaje de la vida con final feliz. Nada para romperse la croqueta. Cosas de nuestra sexualidad, o del corazón, como ustedes lo prefieran.
Un abrazo
Pascual
EL PREMIO
Me viene a visitar todas las noches y después de matar un breve tiempo con las noticias del día, me pone la inyección en la nalga. Una y otra nalga para que me duela menos, pero me arde igual. Aunque lo que más me molesta es el pudor, cuando sus manos gruesas me dan el chirlo para contraer y empuja la jeringa cuando aflojo. Sé que es mejor, que así se hace, pero soy una mujer y me jode que me engañe. Él lo sabe y disfruta, se atreve a bajarme cada vez más el calzón. Yo lo levanto y él lo baja. “No tengo lugar” – me dice con una voz que ronca, mientras que con el pulgar roza mis vellos.
Es una lucha diaria que acostumbra y se repite. Se repite como un juego donde los dos queremos ganar algo comenzandoa pensar en el premio. Me di cuenta hoy, cuando me dio miedo sanar.
Ahora llegó el momento en que me hace compañía y yo le preparo la merienda. Nos sentamos frente a la vieja mesa de la cocina a tomar el té con medialunas y estoy totalmente repuesta. Su juego favorito ha terminado, pero el premio lo compartimos entre los dos.
Para Pascual todos los días tienen un cielo azul. Nos manda cotidianamente un mail a sus seguidores. Post que nos levanta el ánimo, nos da fuerza para trabajar y seguir adelante. Con calor, hielo, piquetes, viento o tormenta, nos enseña a mirar la vida con otros ojos, a escribirla con otros puños. Por eso, para hacer esta vida aún más pública, se me ocurrió publicarla, desde un valle que para él estuvo siempre lleno de pasiones.
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